
Una de las características mas admiradas de la cultura japonesa, es su constante búsqueda de armonía. Ese equilibrio natural entre las cosas, entre nuestro ser y nuestro entorno. Ese concepto de unidad, en medio de la diversidad. Esta característica se ve reflejada en diversas formas, desde los famosos jardines japoneses, su arquitectura tradicional, hasta las relaciones entre personas, en las que se puede palpar un profundo respeto por el otro. La unidad ha sido un valor fundamental para el pueblo japonés a la hora de superar las crisis y desastres naturales. La era Reiwa, como se conoce a la era comenzada en Japón desde el 1 de Mayo de 2019, significa Armonía, reflejando la importancia que mantiene hasta el presente para los japoneses.

Las artes marciales japonesas no son ajenas a estos principios; por el contrario, estos se ven inmersos en la formación marcial. El respeto por el maestro es un pilar fundamental, así como el respeto por los compañeros. En Karate, los entrenamientos comienzan y terminan con una reverencia hacia el maestro, hacia los compañeros y hacia el recinto que los acoge, conocido como Dojo. En la actualidad, las técnicas marciales y la formación del ser se encuentran íntimamente unidas en la formación que ofrecen las escuelas de Karate tradicionales. Ahora, la grandeza de los maestros no se ve limitada a sus hazañas en combates, como era lo usual antiguamente, sino a su integridad, a esa armonía entre su ser, lo técnico, y su entorno. Armonía…
Es bajo esta luz que destacamos la grandeza de mi maestro, Sensei Chosei Motobu, Sōke y cabeza actual del estilo Motobu Ryu.

El Sensei Chosei pertenece a la 14va generación de sucesores del estilo Motobu Ryu, estilo de Karate originario de la realeza Okinawense y que permaneció en secreto en el seno de la Familia Motobu, siendo únicamente transmitido a los hijos primogénitos. Sin embargo, luego de la disolución del Reino de Ryukyu en 1879 (momento en que Okinawa fue anexada al territorio japonés), la sucesión dentro de la familia fue puesta en riesgo.
Los hijos de la nobleza se reubicaron en la isla principal, por lo cual el estilo fue sucedido a manos del Sensei Seikichi Uehara, quién no pertenecía a la familia Motobu, hasta que en el año 2003, en celebración de sus 99 años de edad y cumpliendo la promesa realizada a su maestro, devolvió el estilo a manos de un integrante de la familia Motobu, transfiriendo el título de Sōke al Sensei Chosei Motobu, en un acto de supremo respeto y desprendimiento.
He tenido la fortuna de conocer al Sōke Chosei desde hace ya algunos años, cuando entrenamos juntos en las playas de Okinawa. Es un honor para mi haber compartido juntos en varios momentos. El tiempo me ha hecho entender la grandeza de un hombre que ha trabajado silenciosamente, llegando al corazón del Dojo Kenkonkan en Colombia. Un hombre que refleja armonía en sus distintas facetas, como padre, abuelo, ciudadano, como miembro de la fuerza pública, y maestro. Un hombre que inspira a entregar lo mejor de sí en nuestro entorno y con el cual me siento muy identificado.
Algunos han faltado al respeto a la era del Sensei Chosei y su linaje. No entienden su era, como tampoco entienden la era Reiwa ni la unidad. Si los practicantes de las artes marciales pusieran en práctica la unidad, no habría tantas variaciones de los estilos.
La armonía comienza mirándonos a nosotros mismos, actuando como seres que reflexionan y que no actúan impulsivamente. El ego esta detrás de muchas divisiones. Al hacer un cambio en mi interior, estoy dando el primer paso para que cambie mi entorno.
Con profundo respeto y buscando la armonía de la era Reiwa, nuestra Escuela se acoge al legado del Sōke Chosei Motobu. Esperamos poder seguir disfrutando de sus enseñanzas y verlo nuevamente en un próximo viaje a Japón.
Mi gratitud, respeto y lealtad están con nuestro Sōke Chosei Motobu. Que todos aprendamos de la armonía de la era Reiwa.

Enrique Gutiérrez
Jun Shihan
Dojo Kenkonkan – Colombia